Valoración de BALAZTA sobre los avances y retrocesos de la movilidad ciclista en la comarca del Bidasoa en 2022 y retos para el 2023
HONDARRIBIA
Presentación / Introducción
Según se ha publicado en un reciente estudio promovido por el Barómetro estatal de la bicicleta, los peligros por compartir espacios con los vehículos motorizados, el exceso de tráfico y la falta de carriles bici e infraestructuras seguras son los principales inconvenientes señalados por las personas para desplazarse en bicicleta dentro sus ciudades durante el pasado año 2022.
Analizando estos aspectos a nivel local, BALAZTA, la asociación de ciclistas urbanos de la comarca del Bidasoa, ha querido hacer balance de los avances y retrocesos que se han producido en Irún y Hondarribia en lo que a la movilidad ciclista se refiere durante el pasado año 2022, así como los retos de futuro y tareas pendientes que nos gustaría que las instituciones responsables de su desarrollo y mantenimiento diesen solución para este año 2023.
Debido a que las competencias de estas infraestructuras están repartidas entre distintos Ayuntamientos y Administraciones hemos dividido nuestro análisis y valoración en tres apartados diferenciados:
● 1. Conexiones ciclistas entre los municipios de la comarca del Bidasoa y otros municipios vecinos
● 2. Movilidad ciclista en Irún
● 3. Movilidad ciclista en Hondarribia
3. Movilidad ciclista en Hondarribia
En lo que se refiere a la movilidad en bicicleta en el municipio de Hondarribia toca recordar que desde el Ayuntamiento se impulsó la creación de la Mesa de Movilidad en el 2017 para ser el punto de encuentro desde el que trabajar un nuevo Modelo de Movilidad, siendo su última reunión el 17/02/2022, por lo que su actividad este año ha sido muy escasa y testimonial.
Por ello nuestra propuesta para la próxima reunión de la mesa de la movilidad será que Hondarribia desarrolle un “Plan de la bicicleta” que ayude a marcar una serie de objetivos así como un calendario de actuaciones a corto y medio plazo con la finalidad de conseguir:
● Desplazamientos seguros en bicicleta por todo el municipio.
● Estacionamientos abiertos y cerrados que garanticen la seguridad de las bicicletas.
● Un buen mantenimiento de los bidegorris existentes, así como su ampliación e
interconexión entre ellos.
● Unión ciclable con los municipios colindantes.
No obstante, ello no nos debe impedir reconocer que se ha conseguido poner el tema de la movilidad en la agenda política del ayuntamiento, además de materializarse por medio de proyectos tan ambiciosos e importantes como Kalez Kale, donde destacamos las actuaciones de transformación de las calles Kosta, Donosti y Baserritar Etorbidea como los más significativos.
Estas son obras de gran calado que van a conseguir un cambio en el modelo de movilidad, algo que ya de por sí resulta muy positivo, pero una vez finalizadas e implantadas necesitan de un análisis y valoración por parte de los usuarios para ver si se han logrado los objetivos deseados.
Lo primero a destacar sería la sensación de “proyectos inacabados”. Aunque es cierto que estas actuaciones las consideramos de gran relevancia, no es menos importante llevarlas a cabo de forma adecuada y buscando priorizar la movilidad peatonal y ciclista sobre el uso del vehículo privado. Tanto la calle Donosti como Kosta deberían haberse terminado e inaugurado, pero no es así debido a que faltan elementos por colocar, correcciones, etc. sin los cuales, resulta difícil acertar como transitar por ellas, ya que en ocasiones implican un cambio o adaptación a un nuevo
modelo difícil de interiorizar. Una vez llevadas a cabo estas actuaciones, desde Balazta hemos expresado por escrito mejoras y correcciones que no sabemos a día de hoy si se van a tener en cuenta. Creemos que sería necesaria una valoración técnica de detalle teniendo en cuenta a todos los usuarios para mejorar la infraestructura y corregir definitivamente las posibles deficiencias.
Desde la creación de la mesa de la movilidad de Hondarribia, Balazta ha intentado tomar parte de forma activa haciendo propuestas y sugerencias al Ayuntamiento que aportasen el punto de vista del usuario de la bicicleta en sus actuaciones. También desde el propio Ayuntamiento en ocasiones se nos ha preguntado por aspectos concretos de alguna intervención, aunque cabe decir que muchas de esas consultas se han realizado cuando las obras ya han comenzado y no en las fases de diseño de las mismas, lo que en ocasiones ha dado lugar a rectificaciones o modificaciones de obra sobre la marcha o a que nuestras propuestas se hayan visto condicionadas o limitadas en ciertos aspectos.
La sensación que tenemos es que nos encontramos con que la mayor parte de las actuaciones que lleva a cabo el Ayuntamiento de Hondarribia y que afectan directamente a la movilidad ciclista, no se suelen acometer de acuerdo a una visión de usuarios de la bicicleta. Seguimos sin conseguir conectar los bidegorris actuales entre sí, ni tener información de cómo desplazarnos en bicicleta por el municipio cuando un tramo de bidegorri se acaba.
Un ejemplo podría ser: La obligatoriedad a día de hoy de tener que desmontarse de la bicicleta para atravesar algunos pasos de cebra que todavía no se han adaptado al paso de bicicletas. Otro caso sería la confusión que generan algunas zonas en las que no se indica por donde se debe circular en bicicleta. Es el caso, por ejemplo, de definir cómo se debe atravesar la rotonda de Amute en dirección a Irún, ya que todavía hay un bidegorri que tras pasar el semáforo nos conduce a un “bidegorri sin salida”.
Existen otros temas que parecen olvidados en algún cajón, una vez aprobada ya la nueva normativa de movilidad y que no sabemos qué intenciones hay como son:
● La peatonalización de Portua o Alde Zaharra.
● La reconsideración del Paseo Butron como un espacio compartido para bicicletas y
peatones.
● O el estado del proyecto de construir un bidegorri para unir Hondarribia con Irún por la
zona de Plaiaundi, comentada anteriormente en el primer punto de este escrito.
Tampoco queremos olvidarnos de los otros dos activos imprescindibles de la movilidad sostenible: el peatón y el transporte público.
En lo que se refiere a los peatones queremos señalar que a día de hoy muchos cruces de carretera no son del todo seguros y los tiempos de espera de los semáforos para los peatones son abusivos. Sobre el transporte público, no sólo no se ha puesto aún en marcha la nueva línea del autobús urbano, sino que alguna línea que nos conecta con los municipios colindantes han sufrido recortes en los servicios, caso de la línea E20 de Ekialdebus. Si no tenemos un buen transporte público será mucho más complicado conseguir reducir el uso del vehículo privado.
Por último, no nos olvidemos del barrio de Mendelu en el que mientras se soluciona el tema de Plaiaundi (más enfocado al ciclismo recreativo o de ocio, que al utilitario), las dos administraciones
implicadas, deberían adoptar algunas medidas para facilitar la ciclabilidad como pueden ser el pintado de señales horizontales en la carretera y la inclusión de señales verticales, indicando la prioridad de las bicicletas y el respeto hacia estas. O el pintado de bandas ciclables como en la carretera de Kosta y la inclusión de radares con detectores de velocidad con caritas o similares.
En términos generales tenemos la impresión de que al Ayuntamiento de Hondarribia le cuesta interiorizar ese principio aprobado por unanimidad y expresado en su propio PMUS municipal, que consiste en priorizar la movilidad peatonal y ciclista sobre la movilidad en coche privado.
Nos encontramos sin lugar a dudas ante un cambio de paradigma que en ocasiones dudamos que este Ayuntamiento haya terminado de asimilar e interiorizar en sus actuaciones de movilidad y para ello hay que entender que es difícil querer complacer a peatones y a los usuarios de la bicicleta sin crear “molestias” a los usuarios del automóvil.
4. Conclusiones y cierre
Para terminar este análisis sobre la situación de la movilidad sostenible en la comarca del Bidasoa, queremos remarcar que el espacio público de dentro de las ciudades no debe ser solo un modo de transporte o de estacionamiento para los vehículos a motor. Esa es una de sus funciones pero no debería ser la principal. No se puede seguir planificando ni utilizando la mayor parte del espacio público de las ciudades única y exclusivamente en función del desplazamiento con el vehículo privado.
La recuperación de los espacios públicos, la restricción del coche privado como vehículo de transporte en nuestras ciudades y la potenciación de la movilidad a pie y en bicicleta sin duda traen sin lugar a dudas una serie de ventajas para la inmensa mayoría de la población, repercutiendo directamente en el desarrollo de una ciudad mucho más saludable, amable, segura y atractiva para todos los que vivimos y nos desplazamos en ellas.
Confiemos en que nuestros gobernantes en este año electoral no se limiten solo a incluir el tema de la movilidad sostenible en sus discursos electorales ni a hacer promesas vacías, y que en este 2023 y los próximos años se lleven a cabo las acciones necesarias para conseguir una mejora efectiva de las condiciones de movilidad en bicicleta en nuestra comarca.
Fmdo: BALAZTA